Formulo este señalamiento en honor al grupo de colaboradores que junto con nuestro equipo trabajó en el proyecto que presentamos el año pasado. En verdad no puedo decir que lo retiro gustoso, pero sí con la convicción de que lo mejor que hoy podía hacer la Cámara de Diputados es dar al Estado argentino el instrumento jurídico que brinde todas las herramientas que eviten la violencia contra la mujer. (Aplausos.)
Entiendo que esto es lo que nos correspondía hacer como Cámara revisora, y que al adoptar estas decisiones que implican construir ciudadanía la tarea más importante que nos resta es que todas las mujeres del país sepan que tienen estos derechos. La verdad es que sobre todo en los sectores más vulnerables de nuestra sociedad no hay una conciencia crítica de todo lo que se sufre y lo que sucede con las situaciones de violencia que padecen las mujeres.
Recuerdo que en una de las tantas recorridas por mi provincia, en el norte, en Villa Ana, departamento de Obligado, visité el centro de salud y pregunté cuál era la principal patología, y me respondieron que son los hechos de violencia que sufren las mujeres, en especial los fines de semana. Seguramente muchas de esas mujeres tienen una conciencia transmitida culturalmente de que no tienen derecho a rebelarse frente a esa situación. Por eso creo que el próximo paso es hacer conocer que ninguna de las mujeres de nuestra patria, bajo ninguna circunstancia, tiene que tolerar un hecho de violencia en su vida, ni en su casa, ni en el trabajo, ni en la Facultad y en ningún lado. " (Aplausos)
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